Personalmente, pienso – espero- que todos los opositores del mundo pasan por la escalofriante fase de saberse suspensos, relegados a esos últimos puestos de la lista infinita de postulantes, incapaces de realizar un examen digno, y se ven sepultados por los infinitos temas teóricos y los multicolores mapas para la parte práctica, documentos que se reproducen en el desorden de la mesa de trabajo al mismo nivel que se reproducen las excusas para dejarlo por hoy y salir a la calle a buscar la motivación perdida.
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Pillados hoy en plena excusa |
Opositoras, opositores, yo os digo: esa fase es todavía peor teniendo un hijo. Pero infinitamente peor, monstruosamente peor. Y hay razones que lo documentan.
En primer lugar, si eres solo tú con tu temario y la hipotética plaza flotando a tu alrededor esquiva esperando a ver si eres capaz de pillarla cuando llegue el examen, en ese caso la mala conciencia que te asalta simplemente por rozar el pensamiento de salir a dar un paseo a mitad de un tema, esa mala conciencia, digo, te impide salir y te mete una colleja virtual que te baja la vista de nuevo al cuaderno. Esto es así: a dos meses y medio del -supuesto- examen, ningún opositor sensato deja el tema a medias y se pira a la calle.
Ahora, que si lo que pasa es que la puerta del cuarto donde estudias se abre y lo que aparece a unos cuatro palmos del suelo son dos ojazos azules que dicen junto con una boca sonriente mamá, pues la cosa cambia. Cambia porque no es cuestión personal, propia, es una cuestión ya de decencia maternal, vamos.
Claro, es que no es mala conciencia de opositora que pierde minutos de estudio a escasas semanas de la prueba, no; es que es mala conciencia de madre que ignora con mucha alevosía las necesidades más vitales de su hijo, a saber: salir a la calle a hacer el gamberro, buscar perros, buscar gatos, buscar niños, tomar el sol… lo que se conoce como la sana costumbre infantil de vivir la vida sin preocupaciones, vaya.
Pero es que ceder así de pronto, por las buenas, y dejar ese tema tan importante y tan fundamental y tan entretenido y tan bien estructurado… pues es que se hace cuesta arriba. De modo que entonces, la mente brillante de esa opositora entregada empieza a funcionar, a darle vueltas…y de pronto aparece la excusa perfecta, la excusa que se alza airosa sobre el desastre de mesa ese que es que ya no hay por dónde cogerlo y que con su fuerza levanta a la madre opositora de la silla de tortura estudio y le hace cargarse al enano rápidamente y salir a la calle. No por vaga, no porque haga sol, no porque el niño necesite tomar el aire, no porque el tema sea aburrido y complicado, no; se tiene que ir a la calle ¡porque no hay tipex!
¿Quién, quién a estas altura de la vida puede opositar, estudiar, respirar, vivir en fin, sin tipex?
Ni el tato.
Pues eso, que no íbamos nosotros a ser menos 🙂
jajajajaja opino como tú!! mil gracias, un besito!
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sí que motivan, tienes toda la razón Noe!! un besito!
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jajaj son los amos de las excusas…tan lindos que cómo decirles que no! 🙂
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jajaj sí sí, de cinta de cinta!! 🙂
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Venga que lo tienes chupado!! Te diré que toda la vida estudié en la calle, en los parques, en un banco cualquiera y la distracción es sana para el estudio (este es un dato científico que me saqué de la manga hace tiempo pero creo que funciona). Así que ahora que llega el solete primaveral, seguro que se estudi mejor tras una inyección de juego en la calle. ¡Eres una campeona!!
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Ánimo Paula! Yo terminé unos estudios con Lucas de un añito y embarazadísima de Stella. Dan tantas preciosas excusas… pero también toneladas de motivación. Besos para la mami estudiante y el ojazos precioso.
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Ostrasss…qué recuerdos de mi época estudiantil! Vamos, no me veo yo estudiando ahora que soy madre ni de coña. Con la de preciosísimas excusas que me proporcionaría Peque…jajajajaja! Ánimos campeona!
Muas!
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Oye, que el tipex es muy importante! Y tiene que ser del de cinta ¿eh? que el de pincelito y el de boli dejan unos pegotes horribles ;-P
Mucho ánimo guapa!!
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jaja muchas gracias! un beso! 🙂
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Madre mía, que moral tienes Paula! es muy duro lo que haces, no me extraña que te pasen estas cosas de vez en cuando… Ánimo y a por ello!
Besos
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jaaaaaajajajajajaja Bea, meeencanta la sabiduría farmaceútica que me acabas de recetar!! me la quedo para siempre!! SER FELIZ MEJORA LA MEMORIA jaaaaajajajaja buenísimo, me encanta, me encanta!! besitos guapa! 🙂
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Ay Paula, sólo me viene una palabra a la mente… ADMIRACIÓN 😉 De verdad, qué cosa, cómo estás siendo de superwoman! Pero fíjate, que yo creo que ese tiempo con M entre tema y tema, te sirve para afianzar lo estudiado, porque ser feliz mejora la memoria! (esto me lo acabo de inventar ahora mismo, pero seguro que es así, jejeje) un besiño gordooooo
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aayy gracias por esos ánimos!! pues sí, iré a tu terraza a buscar fuerzas, guapa! 🙂 un besito!!
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oooh gracias!!! jejej las excusas hija se reproducen solitas…jajaja mua!
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jajaja ay Sonia, a que es una maravilla la mochila!! un beso!
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jajaja pero es que esos ojazos tienen un algo irresistible!! 🙂 un besito!
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La excusa es perfecta jajaj . Sigue con animo preparandote esta oposicion y no flaquees porque unos ojazos azules te distraigan de vez en cuando. Bss.
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Jajajajajaajja, lo del tipex es una excusa perfecta.
Por cierto, tenemos la misma mochila de porteo, otra casualidad 🙂
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Jejeje, es que sin tipex es imposible estudiar, jejeje. Buena excusa!! Y muy bonita la foto.
Mucho ánimo!!
Te he dejado un premio para ti en mi blog! Un beso
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Aynnnssss como me suena esa historia, madre mía, que cuando puedes estudiar andas desconcentrada, que cuando te concentras están los niños, y si no es el tipex… son los «rotu» foforecentes o…. una uña que se te engancha y urge limar…..
No te preocupes hija, que eso nos pasa a tod@s…. tu no te des por vencida, y sigue que más vale un 80% de éxito en la «misión» que un 100% de fracaso…
Muchas fuerzas y ánimo.
Un besote fuerte y si te vienes abajo o necesitas empujoncito de moral, pasate por mi blog y me dejas un mensajín o comentario que te mando energías rápido. 😉
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