Muchas veces me pregunto cómo me verán M. y Laniña cuando me miran. Guapa, eso está claro que sí, que son muchas las veces en las que M, (el único de los dos que habla, jaja) me dice «qué guapa estás» , «qué bonita eres»,  «¡qué camiseta tan guay te has puesto!» y cosas así 🙂

Yo me refiero a cómo me ven el semblante, la energía, el aura, si perciben que les hablo con cariño y afecto, si consigo transmitirles con mi cara cuando me miran en un momento complicado que no estoy enfadada, que solo estoy muy cansada y sin más herramientas para salir del barullo en el que nos hayamos metido. Me pasa mucho, cuando me enfado y me miran, el sorprenderme intentando pensarme vista desde el frente, pensar en qué están percibiendo ellos al verme con el rostro crispado y el entrecejo fruncido. Como no me suele gustar lo que imagino, respiro para cambiar el semblante -algunas veces lo consigo, y otras no-.

Sé que mi cara y lo que comunica les influye mucho,lo sé porque cuando me enfado no me quitan ojo, y ellos también cambian el gesto, revolotean extraños y hacen coñas para que me ría. Y cuando lo hago, cuando ya no me puedo aguantar la risa y me parto, es como si con mi carcajada salieran volando todas las arrugas de mi cara de enfado y se llevaran de la mano también los pliegues de preocupación de la suya. Y compruebo cómo, si ellos me ven bien, también se relajan al ver a la mamá de siempre y poco a poco volvemos a conectarnos.

Y todo esto lo pienso a raíz de una de esas casualidades que pasan a veces, y que me ha permitido saber cómo me ve M. Su acierto mientras jugaba con mi móvil me permite poder mirar esta foto durante todo el rato que quiera junto a él y escuchar cómo me explica que me hizo una foto mientras estábamos en el jardín porque estaba jugando a que estaba en su casa y a que vio algo bonito y pensó en sacar una foto. Sin saberlo, sin estar preparada, sin pensar que me estaba enfocando con el teléfono, siendo tan yo como soy cuando estoy con ellos y estamos fuera, y nos sacamos una manta y unas galletas y él recorre el jardín haciendo como que habla por teléfono.